En nuestra casa –donde se inventó la base o plantilla interna del calzado–, llevamos desde 1774 dando vueltas a cómo enriquecer y hacer más agradable la vida de nuestros clientes, siempre a través de calzado de buena calidad para cualquier situación imaginable. En un mundo consumista en el que el factor más importante son los precios, un mundo caracterizado por productos fabricados en el lejano Oriente en condiciones precarias para las personas y la naturaleza, BIRKENSTOCK ofrece productos de calidad y primera categoría que suponen una alternativa razonable para quienes consideran importante el valor propio del producto y su funcionalidad.
Además, elaboramos nuestros productos en Alemania, en las mejores condiciones para nuestra marca, en nuestros propios talleres y con elevada proporción de trabajo artesano. Todas nuestras sandalias pasan en su confección por 17 fases. En los modelos BIRKENSTOCK cerrados, hasta llegar al producto terminado se suceden más de 100 intervenciones distintas realizadas por expertos. Nuestro calzado cerrado se fabrica en manufacturas portuguesas que aplican los principios de su centenaria artesanía tradicional.
Tanto si proceden de manufactura como si están fabricados industrialmente, todos los productos BIRKENSTOCK satisfacen los estándares de calidad más exigentes que es posible encontrar en el sector zapatero de todo el mundo. En los materiales empleados (corcho, látex natural, cobre, latón, fieltro de lana y las mejores pieles), hacemos tan pocas concesiones como a la hora de procesarlos. Utilizamos materias primas procedentes de recursos sostenibles. Siempre que así lo permitan las condiciones naturales, las adquirimos en Europa.